domingo, 19 de junio de 2011

¿CUÁL ES EL RIESGO ACEPTABLE EN LA EXPOSICIÓN A LOS CONTAMINANTES EN EL AGUA POTABLE?



Todos hemos escuchado que tenemos de las mejores calidades de agua potable del mundo.
Sin embargo, la realidad nos dice que beber agua de la canilla no viene sin riesgos, lo cual quiere decir que la exposición al agua potable y a los contaminantes que podrían estar presentes en ella en cualquier momento, genera cierto nivel de riesgo de enfermedades.
El punto es que no se puede lograr un “cero” de riesgo asociado con el consumo del agua; por lo tanto debemos escoger qué nivel de consecuencias adversas estamos dispuestos a aceptar.
Es decir, ¿Cuánto riesgo es demasiado riesgo???
Los contaminantes del agua potable que se espera o se sabe que causan daños en los seres humanos, están reglamentados tanto por nuestro Código Alimentario como por la Organización Mundial de la Salud.  
Químicamente hablando el elemento más notorio para nuestro paladar es el cloro, para el que la OMS da un valor de referencia de 0,5 mg por litro con un residual menor a 0,1 mg por litro para su preservación en el recorrido por cañerías. En cambio nuestro Código Alimentario establece solo un valor residual de 0,2 mg por litro.
Estos valores de referencia son conservadores, pues en el estudio crítico no se determinó una dosis sin efecto adverso.
La mayoría de las personas perciben el sabor del cloro aún cuando la concentración es la de los valores de referencia.
Es poco conocido que el agua en los hogares puede introducir compuestos orgánicos volátiles, como el cloroformo, a la atmósfera del hogar.
Para complicar aún más las cosas, el riesgo a la salud asociado con la exposición a sustancias químicas propagadas a través del agua está basado normalmente en la suposición de que las personas beben dos litros de agua al día. 
Se da muy poca consideración al hecho de que la exposición a COMPUESTOS ORGÁNICOS VOLÁTILES que se propagan a través del agua es seis veces mayor a través de la inhalación y absorción cutánea que a través del consumo directo.
La amenaza es bastante amplia, dado que la mayoría de las empresas que proveen agua potable examinan el agua para determinar los niveles de trihalometanos (que forman un subgrupo de los compuestos orgánicos volátiles)  cuando esta sale de la planta de tratamiento, y en sitios de aguas abajo, pero la conversión de sustancias químicas orgánicas a cloroformo continúa mientas el agua viaja a través del sistema de distribución. Esto puede tomar hasta una semana en un sistema grande, por lo que los niveles de Trihalometanos serán a menudo más altos cuando llega al consumidor que cuando fueron medidos por la potabilizadora.
Los purificadores de agua, es decir el tratamiento del agua en el punto de uso, no solo presta una utilidad para el consumo sino que sirve como medida preventiva en cuanto a la limitación de la inhalación. Ni hablar de los filtros utilizados en duchas, lugar dónde esta contaminación hace sus mayores estragos pues no solo se inhala sino que también se absorben los mencionados trihalometanos  a través de la piel. No nos olvidemos que una ducha cálida abre nuestros poros y nuestras vías respiratorias.

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Fuentes de Consulta:
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/gdwq3_es_fulll_lowsres.pdf
AGUA LATINOAMERICA
http://www.agualatinoamerica.com/NewsView.cfm?ID=507

LUZ ULTRAVIOLETA PARA DESINFECCIÓN DE AGUA


La desinfección UV es una tecnología establecida respaldada por varias décadas de uso en aplicaciones que abarcan desde la manufactura de medicinas hasta el tratamiento de aguas residuales.
Las propiedades germicidas de la luz solar fueron descubiertas por Downes y Blunt (1877).
Cuando se llegó a comprender que la luz UV era la longitud de onda responsable de esta actividad germicida, la elaboración de lámparas de mercurio como fuentes artificiales de luz UV en 1901, y el uso del cuarzo como material de transmisión UV en 1906, abrieron el paso para que se desarrollara y utilizara esta tecnología de una manera controlada y significativa.
La primera aplicación de desinfección de agua potable se llevó a cabo en Marsella, Francia en 1910, y desde entonces se han completado investigaciones considerables sobre los mecanismos de desinfección UV y la desactivación de microorganismos tales como:
Escherichia coli
Salmonella typhi
Shigella dysenteriae
Cryptosporidium parvum
Giardia lamblia
Rotavirus SA
Fuente: http://www.agualatinoamerica.com/docs/pdf/Laing_V11_N5.pdf